cáncer de mama

Cáncer de mama

25/10/2024

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Cáncer de mama

Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de mama?
  2. Tipos de cáncer de mama
  3. Signos y síntomas del cáncer de mama
  4. Factores de riesgo del cáncer de mama
  5. Diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama
  6. Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de mama

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres. Se calcula que 1 de cada 8 mujeres tendrá un cáncer de mama en algún momento de su vida. Puede aparecer en mujeres y hombres, pero más del 99% de los casos ocurre en mujeres. Según la Sociedad Española de Oncología Médica en 2024 se estiman 36.395 nuevos casos de cáncer de mama en toda la población española.

Su incidencia se ha incrementado en los últimos años probablemente debido al cambio de los hábitos reproductivos de las mujeres, el aumento de la obesidad y el sedentarismo, así como a la globalización del cribado poblacional, entre otros. Su mortalidad, por el contrario, está en descenso gracias a los programas de screening para la detección precoz y las mejoras en los tratamientos de la enfermedad.

¿Qué es el cáncer de mama?

El cáncer de mama es el tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria.

Entre los aspectos que caracterizan este tipo de tumor, destacan los siguientes:

  • Crecimiento descontrolado
  • Alteración del ciclo de división celular
  • Metástasis: extensión a otras partes del cuerpo e infiltración en otros tejidos
  • Evasión del sistema inmune

Tipos de cáncer de mama

SEGÚN SU LOCALIZACIÓN:

Se conocen varios tipos de cáncer de mama; en función de dónde se localizan encontramos los siguientes:

  • Carcinoma ductal in situ (CDIS). Este cáncer se ubica en el conducto mamario y es no invasivo; por lo que no se ha diseminado fuera de este conducto.
  • Carcinoma ductal invasivo o infiltrante (CDI). Este cáncer se disemina fuera del conducto, hacia los tejidos de la mama que los rodean.
  • Carcinoma lobulillar in situ (CLIS). Este cáncer se debe al crecimiento celular anómalo de una o varias áreas del lobulillo (glándulas que producen leche). Su presencia indica que existe un mayor riesgo de que esa persona desarrolle un cáncer de mama invasivo más adelante.
  • Carcinoma lobulillar invasivo (CLI). Este cáncer se ha extendido fuera de los lobulillos y tienen el potencial de propagarse hacia los ganglios linfáticos y otras áreas del cuerpo.

SEGÚN EL GRADO DE AVANCE

El cáncer de mama también se clasifica según el grado de avance de la enfermedad:

  • Cáncer de mama en estadio temprano (Estadio 0-IIA). El tumor no se ha diseminado más allá de la mama o de los ganglios linfáticos axilares.
  • Cáncer de mama localmente avanzado (Estadio IIB III). Se ha diseminado desde la mama hasta el tejido cercano o los ganglios linfáticos.
  • Cáncer de mama metastásico (Estadio IV).  Se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los huesos, el hígado o los pulmones. Los tumores en sitios distantes se llaman metástasis.
  • Cáncer de mama avanzado. Es un término utilizado para describir tanto el cáncer de mama localmente avanzado inoperable como el cáncer de mama metastásico.

SEGÚN EL ESTADO MOLECULAR

Además, el cáncer de mama se puede clasificar según el estado hormonal y estado del receptor HER2 (factor de crecimiento epidérmico humano 2):

  • Luminal: tumores positivos para el receptor de estrógenos. Son los más frecuentes, representan alrededor del 66% de los nuevos diagnósticos:
    • Luminal A: tumores positivos para el receptor de estrógenos y de progesterona, pero negativos para HER2. Es el subtipo más frecuente en mujeres postmenopáusicas, el de mejor pronóstico y con bajo índice de proliferación (<20%).
    • Luminal B: tumores positivos para receptor de estrógenos positivo, negativos para receptores de progesterona y positivos para HER2. Es similar al subtipo A pero con posibilidad de presentar alta proliferación (≥20%).
  • Exceso de receptores HER2: tumores positivos para el receptor HER2 y negativo para los receptores de estrógenos y progesterona. Representa el 15-20% de todos los cánceres de mama.
  • Triple negativo (tipo basal):  tumores negativos para los receptores hormonales (progesterona y estrógenos) y para el receptor HER2. Representa el 10-15% de los cánceres de mama en general.  Suelen ser tumores de alto grado y de mayor agresividad.

Además, en algunos casos el cáncer de mama puede tener un componente hereditario. Se estima que entre los 5-10% de los cánceres de mama son hereditario. Además, el 20-25% de las mutaciones responsables de estos cánceres ocurren en los genes BRCA 1 y BRCA2.

Signos y síntomas del cáncer de mama

El síntoma más frecuente por el que se consulta al médico es la aparición de un nódulo palpable en la mama. También suele producirse la retracción, así como alteraciones de la piel de la mama, como enrojecimiento o engrosamiento. Los síntomas del cáncer de mama también incluyen:

  • Cambio en el tamaño o en la forma del seno
  • Hoyuelos en la piel de la mama o engrosamiento del tejido mamario
  • Un pezón invertido
  • Erupción en el pezón
  • Secreción del pezón
  • Hinchazón o un bulto en la axila
  • Dolor o molestia en el seno que no desaparece

Factores de riesgo del cáncer de mama

Entre los factores que pueden incrementar el riesgo de aparición de cáncer de mama están:

  • Edad. Principal factor de riesgo. El riesgo aumenta al aumentar la edad.
  • Historia personal de cáncer de mama invasivo en una de las mamas aumenta el riesgo de padecerlo de nuevo en la otra mama. También aumenta el riesgo haber padecido cáncer in situ (ductal o lobulillar).
  • Densidad mamaria elevada en las mamografías.
  • Factores reproductivos que aumentan la exposición a los estrógenos endógenos, como la aparición temprana de la primera regla, la menopausia tardía o la nuliparidad (no haber estado embarazada nunca).
  • Uso de terapia hormonal sustitutiva después de la menopausia. También aumenta el riesgo el uso de una combinación de las hormonas estrógeno y progesterona posterior a la menopausia
  • Exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo durante la pubertad, y las mutaciones hereditarias relacionadas con el cáncer de mama.
  • Consumo de alcohol.
  • Obesidad.
  • Factores genéticos: existen mutaciones genéticas que se transmiten de generación en generación y están muy relacionadas con el cáncer de mama. Se calcula que alrededor de un 5-10% de todos los casos de este cáncer se deben a factores hereditarios. Los genes más conocidos y habituales son BRCA1 y BRCA2 aunque hay más genes implicados.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama

Ante la sospecha de un posible cáncer de mama, se deben analizar los síntomas asociados y conseguir toda la información disponible que pueda ser relevante, incluyendo los antecedentes familiares. Todos estos datos sirven para valorar los posibles factores de riesgo asociados al cáncer de mama.

En la consulta, el médico hace una evaluación general del paciente, así como una exploración clínica de la mama y de los ganglios. Con los resultados obtenidos, el profesional sanitario valora la necesidad de realizar pruebas complementarias. Existen diferentes pruebas para el diagnóstico:

  • La inspección y la palpación de la mama
  • Mamografía
  • Ecografía
  • Resonancia nuclear magnética (RNM)
  • Biopsia
  • Gammagrafía ósea
  • Escáner o tomografía computarizada (TC) toracoabdominal
  • Paneles multigenéticos que estudian genes asociados a la predisposición al cáncer de mama

En cuanto al tratamiento, es necesario conocer el estadio del cáncer para determinar el mejor enfoque.

Los tratamientos en el abordaje del cáncer de mama son:

  • Cirugía
  • Biopsia del ganglio centinela
  • Radioterapia
  • Tratamiento médico o terapia sistémica
    • Quimioterapia
    • Terapia Hormonal
    • Terapia dirigida
    • Inmunoterapia

El tratamiento llevado a cabo por un equipo multidisciplinar y especializado pretende mejorar la supervivencia y la calidad de vida. Este abordaje puede incluir cuidados de apoyo, paliativos, de supervivencia y al final de la vida.

Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de mama

La supervivencia relativa a los 5 años en mujeres es del 90% aproximadamente. El incremento progresivo de su incidencia, asociado al envejecimiento de la población y al efecto del cribado poblacional, junto al descenso de las cifras de mortalidad justifican la presencia de un mayor número de pacientes que son largas supervivientes (LSV) de cáncer de mama.

  • Recaídas. En la actualidad, la supervivencia a los 5 años es mayor al 80%.
  • Largas supervivientes. Se entiende como aquella persona que a los 5 años del diagnóstico y tratamiento se encuentra libre de enfermedad. A pesar de esta alta tasa de supervivencia, debemos recordar que las terapias administradas y las cirugías realizadas pueden dejar secuelas físicas, psíquicas y emocionales que se manifiestan o persisten incluso años después de haber finalizado el tratamiento.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-03818 (Octubre 2024)

cáncer de próstata

Cáncer de próstata

22/08/2024

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Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de próstata?
  2. Síntomas del cáncer de próstata
  3. Factores de riesgo del cáncer de próstata
  4. Diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata
  5. Estadios del cáncer de próstata

El cáncer de próstata es una proliferación celular maligna que se origina en la glándula del sistema reproductor masculino encargada de producir una parte del semen. Además, es el segundo cáncer más común en hombres en el mundo y afecta sobre todo a hombres mayores de 70 años, es decir, más de la mitad de los cánceres de próstata se dan en hombres mayores de 70 años.

¿Qué es el cáncer de próstata?

La próstata está situada en la pelvis, rodeada por el recto en la parte posterior y la vejiga en la parte superior. Aunque su función no es bien conocida, sí se sabe que produce algo de líquido seminal y puede facilitar la movilidad de los espermatozoides.

El cáncer de próstata es una proliferación celular maligna que se origina en la glándula del sistema reproductor masculino encargada de producir una parte del semen.

La mayoría de los cánceres de próstata son adenocarcinomas acinares que se originan en la porción periférica de la glándula, es decir, se presentan en las células glandulares. Otros tipos menos frecuentes son el adenocarcinoma ductal, adenocarcinoma mucinoso, carcinoma neuroendocrino o el carcinoma urotelial.

Síntomas del cáncer de próstata

La sintomatología del cáncer de próstata depende de la fase en la que se encuentra. Y los síntomas del cáncer de próstata pueden ser similares a los de la hiperplasia benigna de próstata u otros problemas que afectan a la próstata. Actualmente, la gran mayoría de casos se diagnostican en fase localizada en gran medida gracias al uso extendido de la determinación en sangre del PSA.

Cuando el tumor crece, pueden presentarse síntomas atribuibles a una hiperplasia benigna, como:

  • Disminución del calibre o interrupción del flujo de orina
  • Aumento de la frecuencia de la micción, sobre todo nocturna
  • Dificultad para orinar
  • Escozor durante la micción
  • Presencia de sangre en la orina
  • Impotencia sexual

En estos estadios avanzados es posible la aparición de otros síntomas tales como:

  • Edema o hinchazón de piernas
  • Dolores óseos
  • Cansancio y pérdida de peso

Asimismo, también pueden aparecer complicaciones graves como pérdida de fuerza en las piernas.

Factores de riesgo del cáncer de próstata

Los principales factores de riesgo del cáncer de próstata son:

  • Edad: es más frecuente en hombres de edad avanzada. La edad media de diagnóstico es de 75 años.
  • Raza: en hombres de raza negra es más frecuente y de peor pronóstico. Se registra una menor incidencia en la raza asiática.
  • Geografía: el cáncer de próstata es más común en Norteamérica y en la región noroeste de Europa, Australia, y en las islas del Caribe.
  • Historial familiar: el 10% de los casos de cáncer de próstata tiene un componente genético hereditario.
  • Infección e inflamación de la próstata: la evidencia es poca, pero se cree que la prostatitis de repetición y la infección por Trichomonas vaginalis puede estar asociada a un mayor riesgo.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata

El diagnóstico del cáncer de próstata habitualmente se realiza a partir de la realización de tres pruebas o técnicas:

  • Examen clínico de la próstata.
  • Análisis de sangre: para verificar los niveles de la proteína antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés).
  • Y una resonancia nuclear magnética (RNM) para decidir si ha de hacerse una biopsia.

En cánceres más avanzados se podrán realizar otros procedimientos para concretar cuánto de avanzado está y ayudar a detectar metástasis óseas:

  • Tomografía por emisión de protones (PET).
  • Tomografía computarizada (TC).

En cuanto al tratamiento, las principales estrategias terapéuticas para tratar el cáncer de próstata localizado son la cirugía, la radioterapia con/sin hormonoterapia y la vigilancia activa. El tratamiento se elige en función de una serie de factores como:

  • Las probabilidades de que el tumor esté limitado a la glándula prostática.
  • El tamaño del tumor y su grado histológico.
  • Edad y estado general del paciente.
  • Los efectos secundarios del tratamiento.
  • Enfermedades previas.
  • Preferencias del paciente.

Mientras que, el pronóstico y la supervivencia dependerá de varios factores importantes como:

  • La edad al diagnóstico.
  • El estado de salud del paciente.
  • El estadio tumoral al diagnóstico.
  • Grado tumoral de Gleason.

Estadios del cáncer de próstata

Para conocer el estadio de la enfermedad se realiza un estudio de extensión y es esencial a la hora de determinar el tratamiento2. La clasificación clínica que se emplea con mayor frecuencia en estos tumores es la clasificación TNM. Estas siglas hacen referencia a tres aspectos de los tumores sólidos:

  • La T: se refiere al tamaño de la lesión primaria.
  • La N: alude a la afectación de los ganglios linfáticos.
  • La M: indica la afectación o no de órganos distantes.

En función de este criterio, el cáncer de próstata puede clasificarse en las siguientes etapas:

  • Enfermedad localizada
  • T I: tumor diagnosticado de forma incidental en <5% o >5% del tejido prostático; o a raíz de una elevación de PSA.
  • T II: tumor localizado a la próstata afectando a <50% o 50% de un lóbulo; o a los dos lóbulos.
  • Enfermedad localmente avanzada
  • T III:  tumor que afecta más allá de la cápsula prostática o a las vesículas seminales.
  • T IV: tumor que invade la vejiga u otros órganos adyacentes o está fijo en la pelvis.
  • Enfermedad metastásica:
  • N I: el tumor afecta ganglios linfáticos regionales.
  • M I: afecta a distancia a otros ganglios linfáticos, hueso u otros órganos.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

Codex: ES-NON-01083 (Creado: septiembre 2024).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

neumococo

Neumococo

19/07/2024

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Índice

  1. ¿Qué es el neumococo?
  2. Tipos de infección y síntomas principales de la enfermedad neumocócica
  3. Factores de riesgo para la infección neumocócica
  4. Diagnóstico de las infecciones neumocócicas leves y graves
  5. Tratamiento de las infecciones neumocócicas

1. ¿Qué es el neumococo?

El neumococo es una especie bacteriana del género Streptococcus. Se transmite, sobre todo, a través del contacto con individuos infectados o portadores asintomáticos que albergan la bacteria en la nasofaringe. Las infecciones neumocócicas pueden manifestarse de diversas formas.

2. Tipos de infección y síntomas principales de la enfermedad neumocócica

La enfermedad neumocócica abarca diversas formas de infección, cuyos síntomas varían según la región anatómica afectada. Estas infecciones pueden ser leves o bien, como las siguientes, tener consecuencias mortales o generar complicaciones a largo plazo:

  • Neumonía: cuya sintomatología incluye fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar y dolor torácico. En adultos mayores, la confusión o el estado de alerta reducido pueden ser síntomas predominantes.
  • Meningitis: se manifiesta con rigidez de cuello, fiebre, dolor de cabeza, fotofobia y confusión. En bebés, puede ocasionar síntomas como alimentación deficiente, estado de alerta y vómitos.
  • Bacteriemia: cuyos síntomas son fiebre, escalofríos y disminución del estado de alerta. Esta condición puede causar la muerte en aproximadamente 1 de cada 30 niños y 1 de cada 8 adultos.
  • Infecciones de oído: Los síntomas más habituales son: tener el tímpano inflamado, dolor de oído, fiebre y somnolencia.
  • Sinusitis: se manifiesta, entre otros síntomas, con dolor de cabeza o garganta, congestión nasal o goteo posnasal.

3. Factores de riesgo para la infección neumocócica

La infección por neumococo puede verse influenciada por una variedad de factores de riesgo, que van desde la edad hasta ciertas condiciones médicas y entornos específicos. Las edades extremas y la presencia de enfermedades crónicas, como la diabetes, aumentan la vulnerabilidad a esta enfermedad.

Los factores locales como la presencia de infecciones virales previas, el tabaquismo y enfermedades respiratorias como el asma y la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), pueden predisponer a las personas a desarrollar la enfermedad.

Asimismo, los entornos con una mayor exposición al patógeno, como guarderías, campamentos militares y prisiones, también pueden predisponer al contagio. Además, ciertos factores externos como la exposición al frío, el estrés y el cansancio pueden contribuir a una mayor susceptibilidad a la enfermedad neumocócica.

4. Diagnóstico de las infecciones neumocócicas leves y graves

Los profesionales de atención médica generalmente diagnostican infecciones de oído y de los senos nasales basándose en los antecedentes y los hallazgos del examen físico que respaldan la infección neumocócica.

Ante la sospecha de meningitis o una infección en el torrente sanguíneo, los profesionales sanitarios tomarán muestras de líquido cefalorraquídeo o sangre.

Posteriormente, las muestras son enviadas a un laboratorio para su análisis. En el laboratorio, el cultivo de las bacterias y el uso de métodos de detección molecular pueden ayudar a identificar las bacterias presentes en las muestras y determinar el tipo de bacteria que está causando la infección. Conocer la causa ayuda a los profesionales de la salud a elegir el tratamiento adecuado.

Los profesionales de la salud pueden utilizar una prueba de orina para ayudar a diagnosticar la neumonía neumocócica en adultos.

5. Tratamiento de las infecciones neumocócicas

Los profesionales sanitarios utilizan antibióticos para tratar la enfermedad neumocócica. Sin embargo, algunas bacterias neumocócicas se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos usados para tratar estas infecciones. Las pruebas de sensibilidad a los antibióticos (antibiogramas) identifican cuáles podrían ser más adecuados para tratar la infección. Así, el tratamiento de la infección neumocócica con antimicrobianos estará determinado no solo por la localización de la infección, sino también por la resistencia del patógeno a los antimicrobianos comúnmente utilizados.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON- 03424 (Creado en Julio 2024).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

Rotavirus

11/06/2024

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Índice

  1. ¿Qué es el rotavirus y cómo se transmite?
  2. Síntomas principales del rotavirus
  3. Tratamiento recomendado para el rotavirus
  4. Consejos para prevenir las infecciones por rotavirus

¿Qué es el rotavirus y cómo se transmite?

La infección por rotavirus es una de las causas más frecuentes de gastroenteritis aguda a nivel mundial. En concreto, es una de las patologías más comunes en los niños, sobre todo entre los menores de cinco años.

Es un virus muy contagioso que se transmite por contacto con las heces de personas infectadas (transmisión fecal-oral).

El contagio puede producirse por:

  • Consumo de aguas o comidas contaminadas por heces.
  • Contacto directo con superficies u objetos infectados.
  • Contacto persona-persona (el rotavirus puede permanecer durante varias horas en las manos).

La materia fecal de la persona con rotavirus mantiene su capacidad infecciosa durante una semana. Tras el contagio, y hasta la aparición de los síntomas, el periodo de incubación de la enfermedad por rotavirus es de unos 2 días.

Síntomas principales del rotavirus

Los síntomas más habituales de la infección por rotavirus son:

  • Gastroenteritis de 3 a 8 días de duración con:

– Vómitos intensos.

– Diarrea acuosa de repetición (hasta 20 deposiciones diarias).

– Fiebre.

– Dolor abdominal.

  • Pérdida de apetito.
  • En ocasiones, los asociados a la deshidratación como orinar con menos frecuencia, no mojar el pañal, sequedad de boca y piel, mareos, llanto sin lágrimas, somnolencia o inquietud.

Mientras los síntomas sean leves o moderados se pueden controlar en casa, con el consumo adecuado de líquidos para evitar la deshidratación. Por contra, si los síntomas o la deshidratación son graves, sobre todo en lactantes, puede ser necesario el ingreso hospitalario para controlar los síntomas y reponer los líquidos perdidos.

Tratamiento recomendado para el rotavirus

No hay un tratamiento concreto para el rotavirus.

El tratamiento está basado en restituir la cantidad perdida de líquidos. Aunque esto no siempre es posible hacerlo en casa y requiere ingreso hospitalario para evitar una deshidratación severa, sobre todo en los lactantes.

Consejos para prevenir las infecciones por rotavirus

Para prevenir la infección por rotavirus, es fundamental no sólo la buena higiene de las manos, sino una higiene corporal adecuada. Lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia es una buena forma de prevenir una infección por rotavirus, sobre todo al cambiar de pañales a los lactantes y tras haber estado en contacto con juguetes y objetos contaminados.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

ES-NON-03425 (Creado: Junio 2024).

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¿Cómo influye el ejercicio físico en la salud?

16/04/2023

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Índice

  1. Beneficios del ejercicio físico
  2. Recomendaciones de actividad física por edades
  3. Mantenerse activo físicamente podría evitar entre cuatro y cinco millones de muertes al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por tanto, no se pueden pasar por alto los aspectos positivos que el ejercicio y la actividad física regular ofrecen para la salud. La práctica de ejercicio aporta ventajas a todas las personas, sin importar su edad, género o nivel de condición física.

    Beneficios del ejercicio físico

    La actividad física es esencial para la salud, beneficiando al corazón, al cuerpo y a la mente. El ejercicio regular puede ayudar a prevenir enfermedades como las cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer. Por eso, la OMS recomienda al menos 150-300 minutos de actividad aeróbica moderada por semana para adultos y 60 minutos diarios para niños y adolescentes. Entre los beneficios que este ejercicio regular puede aportar se pueden enumerar los siguientes:

    • Control de peso:

    Tanto la dieta como el ejercicio son fundamentales para mantener un peso saludable, perder el exceso de peso o evitar recuperar el peso perdido. El aumento de peso ocurre cuando se consumen más calorías de las que se queman a través de la actividad física y la ingesta de alimentos. Por ello, es crucial equilibrar las calorías.

    Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cantidad de actividad física necesaria para gestionar el peso varía considerablemente entre las personas. Se recomienda aspirar gradualmente a alcanzar 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada ya que existe evidencia sólida que respalda la capacidad de la actividad física para mantener el peso a largo plazo. No obstante, la cantidad exacta de actividad necesaria para lograr este objetivo sigue siendo variable entre individuos.

    • Prevención de enfermedades:

    En cuanto a las enfermedades cardiovasculares, siguiendo las recomendaciones y realizando al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana, puedes disminuir tu riesgo de desarrollar estas enfermedades. También, aumentar la cantidad de actividad física puede reducir aún más dicho riesgo. Y, además, la actividad física regular también puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar los niveles de colesterol.

    Por otra parte, la práctica regular de actividad física puede disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. Este último consiste en una combinación de factores como tener un exceso de grasa alrededor de la cintura, presión arterial alta, niveles bajos de lipoproteína de alta densidad (HDL), altos niveles de triglicéridos o elevados niveles de azúcar en la sangre. Incluso realizar menos de los 150 minutos recomendados de actividad física por semana puede brindar beneficios. En esta línea, aumentar la cantidad de actividad física parece reducir aún más estos riesgos.

    Además, estar físicamente activo puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar algunos de los cánceres más comunes como los de mama, vejiga, colon o pulmón. Varias investigaciones constatan que las personas que están físicamente más activas tienen menos riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer.

    Recomendaciones de actividad física por edades

    Las sugerencias de salud pública delineadas en las Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios son aplicables a todas las poblaciones y rangos de edad, desde los cinco años hasta los 65 años o más, sin importar el género, contexto cultural o situación económica. Estas recomendaciones son relevantes para todas las personas, independientemente de su capacidad:

    • Niños y adolescentes (5 a 17 años)

    Se deberían incorporar actividades de alta intensidad, así como las que refuercen músculos y huesos al menos 3 días a la semana. De esta forma, mejora su forma física, la salud cardio metabólica y la mental. En el caso de los niños y adolescentes, el sedentarismo se asocia con malos resultados en salud como una mayor adiposidad, peor forma física y conducta social, junto con una menor duración del sueño.

    • Adultos (de 18 a 64 años)

    En esta franja de edad más amplia se recomienda, especialmente, la regularidad en las actividades físicas. Es beneficiosa en algunos aspectos más que en la etapa anterior, por ejemplo, para la salud cognitiva, la incidencia de la hipertensión o de cánceres específicos, y la mortalidad cardiovascular. Con el objetivo de lograr verdaderos beneficios al menos hay que hacer entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada o entre 75 y 150 minutos de actividad física de alta intensidad. Además, para lograr beneficios adicionales, también se deben realizar actividades de fortalecimiento muscular. Asimismo, es en esta etapa en la que se debe tener especial cuidado con el sedentarismo y buscar la forma de sustituir esos tiempos de inactividad física por cualquier actividad física, aunque sea leve.

    • Personas mayores (a partir de 65 años)

    En este caso, además de los beneficios de la etapa adulta, la actividad física ayuda a la prevención de caídas y sus consecuentes lesiones, así como a evitar el deterioro de la salud ósea y funcional propio de la edad. Para ello, se recomienda acumular a lo largo de la semana un mínimo de 150 hasta los 300 minutos de actividad moderada o una combinación con actividad física de intensidad vigorosa. Asimismo, son beneficiosos los ejercicios de fortalecimiento muscular o los multicomponente que den prioridad al equilibrio funcional.

    El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

    ES-NON-02342 (Mayo 2024).

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cáncer de pulmón

Cáncer de pulmón

26/03/2024

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Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de pulmón y cómo se desarrolla?
  2. Tipos de cáncer de pulmón
  3. Factores de riesgo del cáncer de pulmón
  4. Signos y síntomas iniciales del cáncer de pulmón
  5. Diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón
  6. Las cifras del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón, un tipo de cáncer en el que la ciencia no deja de avanzar. El tabaco es el principal factor de riesgo y se clasifica en función de qué tipo de células componen el tumor. Puede tratarse de cáncer de pulmón de células no pequeñas, el más frecuente, y cáncer de pulmón de células pequeñas o cáncer microcítico.

¿Qué es el cáncer de pulmón y cómo se desarrolla?

El cáncer de pulmón es una enfermedad que se produce cuando la célula normal que se transforma en célula tumoral se encuentra en los tejidos del pulmón. Por lo general, esta transformación tumoral ocurre en los tejidos que recubren las vías respiratorias, es decir, los que van desde la tráquea hasta el bronquiolo terminal más fino y las células que se encuentran en los alveolos pulmonares.
Mientras que las células sanas se dividen y mueren de forma programada, las células cancerosas pierden esta capacidad de morir; creciendo, dividiéndose y diseminándose sin control. Esta multiplicación en el número de células forma unas masas denominadas tumores o neoplasias, las cuales destruyen e infiltran otros tejidos sanos.

Tipos de cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón se clasifica en función de qué tipo de células componen el tumor:

  • Cáncer de pulmón de células no pequeñas: Es el más frecuente y se subdivide en tres tipos:
    • Adenocarcinoma.
    • Carcinoma epidermoide.
    • Carcinoma de células grandes.
  • Cáncer de pulmón de células pequeñas o cáncer microcítico: Es un tumor agresivo que crece y se disemina a otros órganos de forma rápida.

Factores de riesgo del cáncer de pulmón

Es cierto que presentar uno o incluso varios factores no significa que una persona vaya a desarrollar la enfermedad. También puede ocurrir que algunas personas que desarrollan cáncer de pulmón no hayan estado expuestas a ningún factor de riesgo. Algunos de estos factores de riesgo son:

  • Tabaco: El tabaquismo es el factor de riesgo más importante del cáncer de pulmón y se calcula que un 80% de las muertes por cáncer de pulmón son a consecuencia del tabaco.
  • Ocupación laboral: Existen sustancias carcinógenas que se encuentran en algunos lugares de trabajo y que pueden aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Algunos ejemplos son sustancias químicas inhaladas como el arsénico, cadmio o sílice y productos de la combustión del diésel.
  • Edad: El cáncer de pulmón puede aparecer en cualquier momento, pero la incidencia aumenta mucho con la edad, probablemente porque se acumulan factores de riesgo y porque los mecanismos de reparación celular tienden a perder eficacia con el paso de los años.
  • Género: En los últimos años, ha habido un descenso de este tipo de cáncer en hombres. Un hecho al que ha contribuido la reducción del hábito tabáquico. En las mujeres ha ocurrido lo contrario, siendo cada vez mayor el número de casos debido a la incorporación de este hábito.
  • Factores genéticos: El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón es ligeramente mayor en los hermanos e hijos de las personas que lo han padecido. Pero no está claro cuánto de este riesgo se debe a los genes que tienen en común o a que están expuestos a los mismos factores de riesgo (como el humo del tabaco o el radón).
  • Otros factores: La contaminación ambiental, la radioterapia previa a los pulmones o el arsénico en el agua potable son otros factores que podrían incrementar el riesgo de tener cáncer de pulmón.

Signos y síntomas iniciales del cáncer de pulmón

Los síntomas dependen, en general, del estadio o etapa de la enfermedad. Las fases iniciales suelen ser asintomáticas y a lo largo de la enfermedad pueden aparecer síntomas que pueden confundirse con indicios de otras enfermedades. Cuando la enfermedad avanza, suele aparecer la tos o la exacerbación de esa tos. Así, los síntomas principales del cáncer de pulmón son:

  • Cansancio.
  • Pérdida de apetito.
  • Tos seca con o sin flema.
  • Tos con sangre en el esputo.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor cuando afecta a las estructuras óseas.

Además, pueden aparecer otros síntomas, derivados de posibles metástasis como en los pulmones, huesos, cerebro, hígado, ganglios linfáticos y glándulas suprarrenales.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón

Las entrevistas del médico con el paciente y el examen físico suelen ser las primeras pruebas diagnósticas y verifican si hay algún signo de la enfermedad, como nódulos o alteraciones en la respiración.
Además, existen otras pruebas y procedimientos para realizar un diagnóstico del cáncer de pulmón y conocer su estadio o fase de la enfermedad como:

  • Radiografía de tórax.
  • Análisis de sangre.
  • Biopsia del tejido o de un ganglio.
  • Broncoscopia.
  • Espirometría.

También, para ubicar la situación del tumor y determinar si se ha extendido, existen diversos procedimientos radiológicos. Es importante determinar en qué etapa o estadio de desarrollo está la enfermedad o si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Los estadios más bajos se asocian a tumores más localizados y determinará las opciones de tratamiento.

Para concretar el tratamiento del cáncer de pulmón, el médico debe tener en cuenta aspectos como la edad, el estado general de salud o el estadio en el que se encuentra la enfermedad. En función de ello, hay diferentes tipos de tratamientos según modalidades terapéuticas: la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la inmunoterapia y las terapias dirigidas.

Las cifras del cáncer de pulmón

Según SEOM, en 2020 el cáncer de pulmón fue el segundo tipo de cáncer con mayor incidencia a nivel mundial, afectando a más de dos millones de personas, y el primero con mayor tasa de mortalidad, siendo responsable del 18% del total de muertes por cáncer, sumando ambos sexos.

En España, se estima que en el año 2024 se diagnosticarán 32.768 nuevos pacientes con cáncer de pulmón, siendo el tercer tipo de cáncer con mayor incidencia en España (tras el cáncer colorrectal y de mama). A nivel nacional, los tumores de tráquea, bronquios y pulmón constituyen la causa más frecuente de mortalidad por cáncer, causando más de 22.000 defunciones en el año 2022 en España.

De cara a reducir estas cifras y prevenir el desarrollo de este tumor, es fundamental conocer los factores de riesgo, conocer el tipo de tumor (microcítico o no microcítico) y llevar un estilo de vida saludable, así como saber identificar los síntomas asociados para lograr un diagnóstico lo más temprano posible que permita reducir alta mortalidad asociada a este tipo de cáncer.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de tu médico.

CODEX: ES-NON-03038 (fecha de creación: marzo de 2024).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

cáncer de cervix

Cáncer de cérvix

09/09/2024

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Cáncer de cérvix

Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de cérvix o cuello uterino?
  2. Factores de riesgo del cáncer de cérvix
  3. Estadios del cáncer de cérvix
  4. Signos y síntomas del cáncer de cérvix
  5. Diagnóstico del cáncer de cérvix
  6. Tratamiento del cáncer de cérvix (cervical)

El cáncer de cérvix o cáncer de cuello uterino es la 4º neoplasia más frecuente en mujeres a nivel mundial. La edad media de diagnóstico es de 48 años. La estimación de nuevos casos de cáncer de cérvix en España para el 2024 es de 2.259 casos.

¿Qué es el cáncer de cérvix o cuello uterino?

El cérvix o cuello uterino es la parte fibromuscular inferior del útero. Se divide en dos partes:

  • Endocérvix: es la parte más cercana al cuerpo uterino.
  • Ectocérvix o exocérvix: es la parte más cercana a la vagina.

El cáncer de cérvix se inicia cuando las células sanas de la superficie comienzan a dividirse de manera descontrolada. La mayoría de los tumores se localizan en la unión entre el ectocérvix y el endocérvix. Existen diferentes subtipos de cáncer de cérvix siendo los más frecuentes, el carcinoma escamoso (70-80% de los casos) y el adenocarcinoma (20-25 % de los casos). Este último se caracteriza por la formación de estructuras glandulares.

Factores de riesgo del cáncer de cérvix

Entre los factores de riesgo asociados al cáncer de cérvix, destacan:

  • Infección crónica del virus del papiloma humano (VPH): es el factor más común, responsable del 99% de los casos. El potencial oncogénico de cada subtipo es diferente, siendo los subtipos 16 y 18 responsables del 70% de los casos.
  • Sistema inmunitario debilitado
  • Infección con clamidia
  • Tabaquismo
  • Uso prolongado de anticonceptivos orales
  • Determinantes sociales y económicos: las tasas más elevadas de incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino se dan en los países de ingreso bajo y mediano. Esto refleja la dificultad de acceso a los servicios adecuados de sanidad como la detección de cáncer de cérvix o detección del VPH para muchas mujeres.
  • Promiscuidad sexual
  • Edad temprana en el primer embarazo a término
  • Tener muchos embarazos a término
  • Una alimentación con pocas frutas y verduras

Estadios del cáncer de cérvix

Siguiendo el sistema de estadificación de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, el cáncer de cérvix se clasifica en los siguientes estadios:

Estadio I: la extensión del tumor se limita al cuello uterino.

  • Estadio IA1:  diseminado hasta una profundidad menor o igual a 3 mm.
  • Estadio IA2: diseminado a una profundidad de 3 mm- 5mm
  • Estadio IB1: mide 2 cm o menos y se ha diseminado a una profundidad de más de 5 mm.
  • Estadio IB2: mide entre 2 y 4 cm
  • Estadio IB3: mide más de 4 cm.

Estadio II: la diseminación del tumor se ha extendido a los dos tercios superiores de la vagina o al tejido que rodea el útero.

  • Estadio IIA: no se ha diseminado al tejido que rodea el útero:
    • Estadio IIA1: mide 4 cm o menos.
    • Estadio IIA2: mide más de 4 cm.
  • Estadio IIB: el tumor se ha diseminado al tejido que rodea el útero.

Estadio III: el tumor se ha diseminado al tercio inferior de la vagina o a la pared pélvica,  causa problemas de riñón o afectación ganglionar.

  • Estadio IIIA: diseminado al tercio inferior de la vagina, pero no a la pared pélvica.
  • Estadio IIIB: Se da en una de estas dos situaciones:
    • El tumor se ha diseminado a la pared pélvica.
    • El tumor ha aumentado de tamaño y obstruye uno o ambos uréteres, o hace que uno o ambos riñones se agranden o no funcionen.
  • Estadio IIIC: se divide en los estadios IIIC1 y IIIC2, según la forma en que se diseminó el cáncer a los ganglios linfáticos.

Estadio IV: el tumor se ha diseminado fuera de la pelvis, al revestimiento de la vejiga o del recto o a otras partes del cuerpo (metástasis):

  • Estadio IVA: diseminado a órganos cercanos en la pelvis.
  • Estadio IVB: diseminado a otras partes del cuerpo.

Signos y síntomas del cáncer de cérvix

Las mujeres con precáncer o cáncer de cérvix en etapa temprana usualmente no presentan síntomas.

Algunos síntomas más comunes cuando el tumor es grande y ha crecido hacia el tejido adyacente son:

  • Sangrado vaginal anormal: como sangrado después del sexo vaginal, después de la menopausia, sangrado y manchado entre periodos o periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más profuso de lo usual. También puede ocurrir sangrado después de una ducha vaginal.
  • Secreción vaginal inusual: la secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre sus periodos o después de la menopausia.

Mientras que en una etapa de enfermedad más avanzada se observan los siguientes síntomas:

  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Dolor en la región pélvica o lumbar
  • Disuria (molestias al orinar) o tenesmo rectal (necesidad de defecar, aunque los intestinos estén vacíos)
  • Edema en una o dos piernas sin causa que lo justifique
  • Sangre en la orina y heces
  • Pérdida de peso, de apetito y cansancio
  • Sangrado ginecológico tras la menopausia

Diagnóstico del cáncer de cérvix

La edad media de diagnóstico es de 48 años, aunque aproximadamente el 47% de las mujeres con carcinoma invasivo de cérvix se diagnostica antes de los 35 años. Solo el 10% de los diagnósticos se hacen en mujeres mayores de 65 años. Aunque es un tumor propio de las edades medias de la vida, hay un número significativo de casos desde los 30 años. Los métodos más comunes de diagnóstico son:

Los métodos más comunes de diagnóstico son:

  • Exploración física y ginecológica: consisten en un examen visual del cérvix con espéculo.
  • Citología cervical (PAPANICOLAU): se trata del principal método de cribado poblacional. Tiene baja sensibilidad, pero alta especificidad. Consiste en obtener una muestra de células y mucosidad del ectocérvix mediante raspado y una muestra del endocérvix mediante una torunda de algodón, con posterior análisis microscópico para detectar anomalías en las células.
  • Prueba del VPH mediante detección del DNA, detección del RNA o de marcadores celulares. Se trata de una prueba tanto de alta sensibilidad como especificidad.
  • Colposcopia: se realiza cuando alguna de las pruebas de cribado resulta positiva o si existe sospecha clínica.
  • Biopsia cervical: confirma el diagnóstico de sospecha.
  • Determinaciones analíticas: útiles en la enfermedad avanzada.
  • Pruebas de imagen (radiografía del tórax, cistoscopia, urografía, ecografía transvaginal, tomografía computarizada, resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones): ayudan a valorar la extensión de la enfermedad.

Tratamiento del cáncer de cérvix

El tratamiento del cáncer de cérvix depende de varios factores; entre ellos, tipo y estadio del cáncer, posibles efectos secundarios, preferencias de la mujer y el estado de salud general.

  • Cirugía: es la extirpación del tumor y de parte del tejido circundante sano durante una operación.
  • Radioterapia: se puede utilizar como parte del tratamiento principal y para tratar el cáncer que se ha propagado o que ha reaparecido después del tratamiento.
  • Terapias con fármacos: quimioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni el tratamiento, ni las recomendaciones de su médico.

ES-NON-03817 Creado: septiembre 2024.

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

cáncer de colon

Cáncer de colon

27/09/2022

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Cáncer de colon

Índice

  1. ¿Qué es el cáncer de colon?
  2. Síntomas del cáncer de colon
  3. Factores de riesgo del cáncer de colon
  4. Diagnóstico y tratamiento del cáncer de colon
  5. Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de colon

El cáncer colorrectal es el más frecuente en España, contando ambos sexos, y se diagnostica, en la mayoría de los casos, en personas mayores de 50 años, afectando a hombres y mujeres casi en la misma proporción.

¿Qué es el cáncer de colon?

Es el crecimiento incontrolado de células en el colon (al igual que en las del recto), que puede originarse en cualquiera de sus tres capas: muscular, mucosa y serosa. Aunque, por lo general, primero se empieza generando unas estructuras celulares benignas, llamadas pólipos, que si no se extirpan durante un periodo prolongado (al menos 10 años), pueden llegar a evolucionar en un tumor maligno.

Existen tres formas de crecimiento de este tipo de tumores:

  • Crecimiento local (invade todas las capas que conforman el tubo digestivo)
  • Diseminación linfática (primero afecta a los ganglios más próximos y luego a los más alejados)
  • Diseminación hematógena (cuando entran al torrente sanguíneo, llegando a afectar a otros órganos).

En el crecimiento local, una vez que el tumor traspasa la pared del intestino, puede invadir cualquier otro órgano, bien por diseminación linfática o hematógena.

Síntomas del cáncer de colon

La enfermedad puede transcurrir sin síntomas. Pero, los primeros síntomas no son específicos sólo del cáncer, por lo que, si se experimentan algunos de los siguientes, es recomendable buscar atención médica:

  • Sensibilidad y dolor abdominal en la parte baja del abdomen
  • Sangre en las heces o sangrado rectal
  • Diarrea, estreñimiento u otros cambios en las deposiciones
  • Heces delgadas (por el estrechamiento de los intestinos)
  • Pérdida de peso sin ninguna razón conocida
  • Sensación de evacuación incompleta (la mayoría de las veces las deposiciones son ausentes o muy escasas y ocurren en numerosos episodios)

En fases más avanzadas de la enfermedad se puede presentar anemia, debido a los sangrados, que lleva aparejada, cansancio y fatiga.

Factores de riesgo del cáncer de colon

Entre los factores de riesgo de cáncer de colon se pueden encontrar los siguientes:

  • Ser mayor de 50 años.
  • Tener diagnosticada una enfermedad inflamatoria intestinal, como puede ser la colitis ulcerosa o la Enfermedad de Crohn.
  • Tener antecedentes personales de pólipos o haber pasado por un cáncer colorrectal.
  • Tener familiares consanguíneos que padezcan o hayan padecido la enfermedad.
  • Factores genéticos: en un pequeño porcentaje de pacientes existe una relación con genes hereditarios, vinculados especialmente a dos síndromes: la poliposis adenomatosa familiar (PAF) y el síndrome de Lynch.
  • Dietas con alto contenido en grasas y calorías y bajo contenido en fibra.
  • Sedentarismo.
  • Consumo excesivo de alcohol y tabaco.
  • Obesidad (relacionada además con un peor pronóstico)
  • Diabetes 
  • Haberse sometido a radioterapia en la zona del abdomen debido a tumores anteriores.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de colon

La detección precoz es fundamental al hablar de cáncer de colon, aunque en la mayoría de los casos no se presentan síntomas en las primeras fases de la enfermedad. Así, detectar el cáncer en su fase inicial puede aumentar la posibilidad de contar con más posibilidades de curación.

Para detectar el cáncer de colon, la realización de una colonoscopia es fundamental. En estas pruebas, el especialista puede observar el interior del colon utilizando un tubo flexible con una cámara en el extremo. Una de las ventajas de esta prueba es que, si durante la misma se encontraran pólipos, pueden ser extirpados.

Con respecto al tratamiento, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia son los tres principales tratamientos que se utilizan contra el cáncer de colon. Estos pueden utilizarse por separado, pero también pueden llegar a utilizarse de manera combinada, sin perder de vista que los tratamientos de esta enfermedad requieren un abordaje multidisciplinar.

La cirugía es el tratamiento más habitual en cualquiera de los estadios de cáncer de colon, pudiendo utilizarse uno de los tres siguientes tipos:

  • Escisión local.
  • Resección del colon con anastomosis.
  • Resección del colon con colostomía.

Otros tratamientos pueden ser:

  • Ablación por radiofrecuencia, destruye las células cancerosasa través de unos pequeños electrodos.
  • Criocirugía o crioterapia, consiste en destruir el tejido canceroso a través de instrumental que lo congela.
  • Quimioterapia, busca interrumpir la formación de células cancerosas bien destruyéndolas o impidiendo que se multipliquen, a través de medicamentos.
  • Radioterapia, que destruye las células de cáncer o impide que se multipliquen con rayos X de alta energía u otro tipo de radiación.
  • Terapias dirigidas.
  • Inmunoterapia.  

Esperanza de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer de colon

La supervivencia neta del cáncer de colon a 5 años (2008-2013) es de 63,1% en hombres y de 63,9% en mujeres, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica del año 2022. Además, la mejora en los métodos de cribado ha contribuido a la reducción en la incidencia y mortalidad de la enfermedad.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni las recomendaciones de su médico.

Codex: ES-NON-01145.

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Información adicional

Prevención en salud

23/11/2022

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Consejos para prevenir enfermedades y cuidar tu salud

Índice

  1. Tipos de prevención en salud y sus objetivos
  2. Diferencia entre promoción y prevención de la salud
  3. ¿Cuáles son las enfermedades que se pueden prevenir?

Son muchos los factores que pueden afectar al estado de salud.Algunos no se pueden controlar, como la edad o la genética. Sin embargo, sí que se pueden modificar algunos aspectos del estilo de vida para favorecer la salud.

Tipos de prevención en salud y sus objetivos

El objetivo de la medicina preventiva es el control de los problemas de salud a nivel individual. Existen tres niveles de prevención, según el momento de la historia natural de la enfermedad en el que se realicen las actividades preventivas:

  • Prevención primaria: está dirigida a evitar la aparición de una enfermedad o problema de salud, mediante el control de los agentes causales y los factores de riesgo. Por tanto, se realiza sobre las personas sanas.Algunas de estas medidas preventivas consisten en:
    • Vacunación.
    • Reducción de los accidentes en el domicilio.
    • Control de los factores de riesgo cardiovascular.
    • Evitar o limitar el consumo de alcohol.
    • Fomentar la práctica de ejercicio físico moderado.
  • Prevención secundaria: son las medidas dirigidas a detener o retrasar el progreso de una enfermedad ya presente en un individuo en cualquier punto de su aparición. Las mismas consisten en la detección, diagnóstico y tratamiento precoz de la enfermedad. Un ejemplo de actividad de prevención secundaria es el cribado del cáncer de mama.
  • Prevención terciaria: son las medidas orientadas a evitar, retardar o reducir la aparición de las secuelas de una enfermedad o problema de salud. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas enfermas.  Ejemplo de ello son: la rehabilitación postinfarto agudo de miocardio o postictus, el entrenamiento y educación de niños con síndrome de Down, etc.

Diferencia entre promoción y prevención de la salud

El término promoción de la salud hace referencia al conjunto de actividades realizadas por las personas y las poblaciones para mejorar su salud. La promoción de la salud es el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla.

Según la Organización Mundial de la Salud, la promoción de la salud tiene tres componentes fundamentales:

  • El buen hacer de los gobiernos. Estos deben tener en cuenta a la hora de tomar decisiones las repercusiones sanitarias de las mismas. Y deben dar prioridad a políticas que eviten que las personas enfermen o se lesionen.
  • Educación sanitaria. Las personas hemos de adquirir conocimientos, aptitudes e información que nos permitan elegir opciones saludables, por ejemplo, con respecto a nuestra alimentación y a los servicios de salud que necesitamos.
  • Ciudades saludables. Este tipo de ciudades favorece la creación de países saludables y, en última instancia, un mundo más saludable.

Por tanto, mientras que la promoción de la salud hace referencia al mantenimiento y mejora de la salud, el término prevención de la salud se refiere a evitar las enfermedades.

¿Cuáles son las enfermedades que se pueden prevenir?

Enfermedades transmisibles

Para conseguir su control hay que tener un conocimiento lo más completo posible de todos los elementos que intervienen en la transmisión de cada enfermedad:

  • Fuente de infección y reservorio (hongos, protozoos, virus, bacterias u otros microorganismos que pueden causar una enfermedad).
  • Los mecanismos de transmisión.
  • Ser vivo susceptible de ser infectado (húesped).

En función de las características de cada uno las medidas serán de un tipo u otro:

  • Sobre la fuente de infección: si la fuente es un organismo animal, las actuaciones irán dirigidas al diagnóstico, tratamiento, aislamiento, sacrificio y decomiso de los animales. Se tomarán medidas de desinsectación y desratización o si está relacionado con la Tierra, se tomarán medidas de control del ambiente o desinfección. O, si es el hombre, las medidas irán dirigidas al diagnóstico, tratamiento precoz y adopción de medidas de aislamiento, que dependerán del tiempo de transmisibilidad de la enfermedad, de las vías de eliminación de microorganismos y de las características del medio ambiente.
  • Sobre el mecanismo de transmisión: si es por contacto directo, se debe concienciar al sujeto enfermo (portador) a que adopte conductas responsables desde un punto de vista personal y colectivo. Si es por contacto indirecto se deben promover la higiene de manos, uso adecuado de barreras (guantes, mascarilla…), desinfección instrumental y/o esterilización de instrumental, control de aguas de consumo, recreativas y residuales, medidas de higiene y control alimentario. Además, si es por vectores lo más importante es una desinsectación y control de residuos.
  • Sobre la población susceptible de infectarse: hay medidas activas como la administración de vacunas y medidas pasivas como la administración de antimicrobianos y/o inmunoglobulinas.

Enfermedades no transmisibles

En cuanto a las enfermedades no transmisibles se deben a la combinación de los siguientes factores:

  • Genéticos
  • Fisiológicos
  • Ambientales
  • Conductuales

Entre las principales enfermedades de este tipo están:

  • Cáncer
  • Diabetes
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Enfermedades respiratorias crónicas

Estas enfermedades afectan a personas de cualquier edad en todos los países del mundo. Las mismas comparten factores de riesgo comunes como el tabaquismo, la inactividad física, el uso nocivo del alcohol y la dieta no saludable.

Para controlar las enfermedades no transmisibles es importante centrarse en la reducción de los factores de riesgo asociados a ellas. A fin de reducir su impacto en los individuos y la sociedad, hay que aplicar un enfoque integral que haga que todos los sectores, incluidos entre otros los de la salud, las finanzas, el transporte, la educación, la agricultura y la planificación, colaboren para reducir los riesgos asociados a las mismas y promover las intervenciones que permitan prevenirlas y controlarlas.

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni las recomendaciones de su médico.

CODEX: ES-NON-01128 (fecha de creación: noviembre de 2022).

Si eres profesional sanitario, puedes obtener más información aquí.

melanoma

Melanoma

17/06/2024

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Descubre qué es un melanoma

Índice

  1. ¿Qué es el melanoma?
  2. Signos y síntomas del cáncer de piel tipo melanoma
  3. Tipos de melanoma
  4. Factores de riesgo del melanoma
  5. Diagnóstico y tratamiento del melanoma

El melanoma es un tipo de cáncer conocido por la aparición de manchas o lunares en la piel que pueden ser peligrosos. Sin embargo, tiene variados matices importantes a destacar en cuanto a sus estadios y tipos de tratamientos a utilizar.

¿Qué es el melanoma?

El melanoma es un tipo de cáncer que se origina en las células que producen melanina (melanocitos) y puede iniciarse allí donde este esté presente, de forma mayoritaria (en torno a un 90%) en la piel, sobre todo en zonas que han estado expuestas al sol. Si bien, también puede darse en partes del cuerpo, como en las palmas de las manos, las plantas de los pies, el cuero cabelludo, los ojos, la boca, los genitales o la zona anal.

Signos y síntomas del cáncer de piel tipo melanoma

Un lunar sospechoso suele ser el primer indicador que conduce al diagnóstico de la enfermedad. Se puede tratar de un lunar cambiante que ya teníamos o de un lunar nuevo con aspecto inusual. Comenzará a extenderse sobre las capas más superficiales de la piel.

Cuando el melanoma avanza puede empezar a extenderse también a capas más profundas más allá de la epidermis (capa externa de la piel) para irse adentrando en la dermis (capa de piel que se encuentra debajo de la epidermis).

Es importante detectarlo precozmente en la piel ya que hay pocas posibilidades de que se extienda a otras partes del cuerpo.

Tipos de melanoma

Existen principalmente cuatro tipos de melanoma:

  • Melanoma de extensión superficial: es la forma de melanoma más frecuente y es más común en personas con la piel blanca. Presentan una forma generalmente plana con un color irregular con sombras negras y marrones.
  • Melanoma nodular: aparecen como un área elevada en la piel que podría ser de color azul-negruzco oscuro o rojo-azulado. Algunos no tienen ningún color (melanoma amelanótico).
  • Melanoma léntigo maligno: aparecen en las áreas del cuerpo que han estado más expuestas al sol, como la cara, el cuello y los brazos. Este tipo de melanoma afecta con mayor frecuencia a las personas mayores, particularmente a aquellas que han pasado mucho tiempo al aire libre. Además, respecto a su aspecto, las áreas de piel afectadas son generalmente grandes, planas y de color marrón.
  • Melanoma lentiginoso acral: es la forma menos frecuente de melanoma. Aparece, sobre todo, en la palmas de las manos, las plantas de los pies o por debajo de las uñas.

Factores de riesgo del melanoma

Se entienden por factores de riesgo de melanoma aquellos condicionantes cuya presencia se asocia con una mayor probabilidad de padecer esta enfermedad, siendo algunos de ellos controlables y otros que se nos vienen dados. Los factores controlables pueden ser el consumo de tabaco o la exposición excesiva a la luz solar, por el contrario, la edad o antecedentes familiares no se pueden cambiar.

Algunos de los factores de riesgo pueden ser:

  • La exposición a la luz ultravioleta: en la mayoría de melanomas, la exposición a la luz ultravioleta es el principal factor de riesgo, y es que, pese a que representan solo una pequeña parte de los rayos solares, es la responsable de los principales daños de la luz solar a la piel, ya que dañan el ADN de las células de la piel. Además, es conveniente recordar que las lámparas solares y las camas bronceadores también son una fuente de radiación ultravioleta.
  • Los lunares: tener muchos lunares o presentar lunares atípicos (nevos displásicos), aumenta el riesgo de padecer melanoma. Lo que no quiere decir que las personas que presenten alguna de estas dos condiciones vayan a desarrollar la enfermedad.
  • Color de la piel y del pelo: dependiendo del tipo de color de la piel, el pelo y los ojos son factores de riesgo relacionados a este tipo de cáncer. Así, las personas de piel blanca, que se queman o les salen pecas con facilidad, con pelo rubio o pelirrojo y de ojos claros (azules y verdes) se asocian a un mayor riesgo de padecer melanoma.
  • Antecedente familiar o antecedente personal de melanoma: se estima que alrededor de un 10% de las personas que padecen melanoma tienen algún antecedente familiar, por lo que el hecho de que un familiar de primer grado de relación (padres, hermanos, hijos) lo tenga, aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.
  • Otros factores: también se consideran factores de riesgo el tener el sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, en personas trasplantadas o con VIH), el envejecimiento o padecer la enfermedad hereditaria xeroderma pigmentoso (afecta la capacidad de las células de la piel de reparar el daño causado a su ADN).

Diagnóstico y tratamiento del melanoma

Un lunar sospechoso detectado por la misma persona, por un familiar o por el médico suele ser la primera señal de alarma. En la exploración has de fijarte si tu lunar responde a la regla ABCDE, que nos pone en la pista de estar ante una lesión pigmentada. Cada letra de la regla responde a una característica:

  A: Asimetría (la lesión no es simétrica, una mitad no es igual a la otra)

  B: Bordes (irregulares, mal delimitados)

  C: Color (diverso, no homogéneo)

  D: Diámetro (mayor de 6 mm)

  E: Evolución (cambio del aspecto de la lesión en el tiempo)

Esto no quiere decir que la lesión sospechosa tenga que cumplir todas las características.

Para confirmar que la lesión que se sufre en la piel corresponde a un melanoma, el médico podrá llevar a cabo varias pruebas:

  1. Exploración clínica.
  2. Exploración mediante aparatos (dermoscopia).
  3. Analítica sanguínea.
  4. Exploración histopatológica tras extirpación de lunar completo.

La biopsia es empleada para determinar si el tejido biopsiado es positivo en melanoma. Con un diagnóstico positivo en melanoma y siguiendo los criterios de una guía internacional llamada AJCC, se realiza la estadificación del mismo.

Con respecto al tratamiento, se asignan de acuerdo al estadio en el que se encuentra la enfermedad:

  • Tratamiento para estadio O (melanomas in situ): cuando el tumor se localiza íntegramente en la epidermis, la capa más superficial de la piel, se dice que el melanoma está in situ. En estos casos la opción terapéutica es la cirugía para la extirpación del tumor.
  • Tratamiento para melanomas en estadios I, II y III: el melanoma que se encuentra localizado y sin extenderse a los ganglios linfáticos se le clasifica en el estadio I o II. El tratamiento más importante en este momento es la cirugía para extirpar completamente la zona con células tumorales incluyendo los márgenes de seguridad.

Si el melanoma se encuentra en un estadio III, esto quiere decir que ya ha alcanzado los ganglios linfáticos y se realizará una cirugía amplia del tumor primario y se diseccionará los ganglios linfáticos. Tras el tratamiento quirúrgico, se puede optar por un tratamiento farmacológico específico (adyuvante) para disminuir el riesgo de recurrencias, o por la administración de radioterapia en aquellas zonas donde se extirparon los ganglios linfáticos.

  • Tratamiento para melanomas en estadio IV: los melanomas se clasifican en el estadio IV cuando se han extendido más allá de los ganglios linfáticos regionales o a distintos órganos del cuerpo como hígado, pulmón o cerebro. Se evaluará el número y tipo de metástasis, si hay una mutación BRAF para valorar las opciones de tratamiento por parte de un equipo multidisciplinar.
    • En las personas que tienen una metástasis única, la cirugía es una opción cuando el estado de salud es bueno. También se recurre a un tipo especial de radioterapia (radiocirugía estereotáctica o bisturí de rayos gama) en lugar de la neurocirugía en los casos de metástasis cerebral única.
    • Asimismo, cuando la metástasis es múltiple, la cirugía ya deja de ser una opción válida en casi todos los casos. El objetivo aquí es poder eliminar las células cancerígenas que se encuentran esparcidas por distintas partes del cuerpo, lo que se intenta principalmente mediante distintos tipos de tratamientos:
      • Quimioterapia.
      • Terapias dirigidas (que atacan a mutaciones específicas de las células).
      • Inmunoterapia (tratamientos que ayudan al sistema inmunitario a reconocer y destruir células cancerosas).

El contenido que se proporciona en este documento es información general. En ningún caso debe sustituir ni a la consulta, ni las recomendaciones de su médico.

CÓDEX: ES-NON-03584. Fecha de creación: Junio 2024.

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